Grand Tour de Catalunya
La vuelta a Cataluña en 13 días
Cataluña es un país diverso con más de 500 kilómetros de litoral que esconde extensas playas e idílicas calas entre acantilados y montañas que rondan los 3.000 metros. Más del 30% del territorio tiene algún grado de protección y monumentos, fiestas y manifestaciones culturales que han obtenido el distintivo de Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.
El Grand Tour de Catalunya es un itinerario circular de más de 2.000 kilómetros que está diseñado para descubrir Cataluña en 13 días. Por supuesto, incluye todo lo que no nos podemos perder y el recorrido se realiza por carreteras con baja densidad de circulación, lo que nos permite recorrer este país mágico, visitar monumentos y espacios naturales protegidos, así como disfrutar de numerosas experiencias, tanto del ámbito gastronómico como de turismo activo, cultural y termal.
El
recorrido se inicia en Barcelona, aunque, como es lógico, podemos elegir cualquier otro punto de la ruta. Iremos descubriendo elementos como el modernismo, un movimiento artístico que
arraigó muy fuerte en Cataluña a finales del siglo XIX y principios del XX, que
nos ha dejado inmejorables ejemplos de arquitectura en Barcelona, Reus, muchas
localidades del Maresme y numerosas bodegas, sobre todo en la comarca de la
Terra Alta.
Los romanos, antes de convertir Tarragona (entonces Tarraco) en la capital de la Hispania Citerior, ahora reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, ya extraían la sal en Cardona. Actualmente, estas minas son un reclamo turístico que permite disfrutar de una inmensa textura de formas y colores. Todo ello vigilado por una de las fortalezas más grandes de Europa.
También el románico y el gótico se extendieron por todo el país con grandes ejemplos como la catedral de Solsona, la Seu Vella de Lleida, la catedral y el templo de Santa María del Mar en Barcelona, la catedral de la Seu d'Urgell, la catedral de Girona, gótica con un bello claustro románico y el monasterio de Ripoll o el de Sant Pere de Rodes, desde el que se divisa el tramo más septentrional de la Costa Brava. No siempre son grandes construcciones las que se levantaron para alabar a Dios o los santos, porque santuarios y ermitas repartidas por todo el territorio, se encaraman para tocar el cielo.
Y es que Cataluña es país de historia milenaria, lo cual se ve reflejado en algunos pueblos que aún conservan la huella medieval. Tal es el caso de Besalú, con el magnífico puente sobre el Fluvià, Bagà, que conserva las calles con los nombres dedicados a los antiguos artesanos, Castelló d'Empúries, que fue capital del condado de Empúries, Montblanc, rodeada de muralla que revive cada año la leyenda de San Jorge, o Vic, con una de las plazas -el Mercadal- más emblemáticas de Cataluña.
A
medida que los árabes eran empujados hacia el sur, se iba repoblando el territorio
y en él se establecían las órdenes monásticas. Cartujos en Escaladei, responsables de que ahora los vinos del Priorat gocen de
gran fama. Cistercienses en Santes Creus,
Vallbona de les Monges y Poblet, este último declarado
Patrimonio de la Humanidad, y benedictinos en Montserrat, montaña singular
declarada parque natural con el santuario donde se venera la Moreneta. Las fortalezas levantadas por los árabes, una vez recuperadas, en la mayoría de los casos pasaban a la orden del Temple. Algunos ejemplos son el castillo de Miravet, que defiende el paso del Ebro o el castillo de la Suda, en Tortosa, que, con el paso del tiempo, se convertiría en una de las fortalezas más importantes de Cataluña
Si hablamos de espacios naturales, el Grand Tour de Catalunya, al llegar al Pirineo, nos introduce en el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, uno de los mejores ejemplos de flora y fauna de alta montaña con más de 200 lagos de origen glaciar rodeados de montañas que bordean los tres mil metros. Allí mismo, Vall de Boí concentra la mejor muestra europea del arte románico, tanto por lo que se refiere a arquitectura como a pinturas murales. Sin apartarnos del Pirineo y territorios próximos, destacar los parques naturales de las sierras del Cadí-Moixeró, la Zona Volcánica de la Garrotxa, el de las Capçaleres (cabeceras) del Ter y del Freser y el del Alt Pirineu, el mayor de Cataluña.
Cataluña alberga dos de las zonas húmedas más importantes del Mediterráneo, ambas declaradas Parque Natural. Los Aiguamolls de l'Empordà, con varios itinerarios y hide para observar la fauna acuática, y el Delta del Ebro, donde conviven los campos de arroz con las lagunas, hábitat de numerosas especies de aves. Agua y naturaleza, sean en el mar o en los ríos, invitan a disfrutar de la navegación en kayak, piragua o velero con excursiones a pie, en BTT o a caballo.
Y ya que estamos al lado del mar, no podemos olvidar que por el Mediterráneo llegaron griegos y romanos. Los primeros, en el siglo VI a.C., fundaron la pequeña ciudad de Emporion, que más tarde, en el año 218 a.C., agrandaban los romanos. Empúries, junto a Sant Martí d'Empúries y L'Escala, son de visita imprescindible, esta última con sus conocidas conservas de anchoas en salazón. Villas marineras repartidas por toda la costa nos proponen, no sólo disfrutar del litoral, sino también de poblaciones con carácter. Cadaquès, que aún conserva el aire bohemio de la época en que era frecuentado por intelectuales. A su lado, Portlligat, con la casa-museo de Dalí, protegido por el Cap de Creus, paisaje de rocas modeladas por el salitre del mar y el viento de tramontana. Begur, con el paisaje más evocador de la Costa Brava. Callella de Palafrugell al son de las habaneras y del cremat de rom. La Vila Vella de Tossa de Mar, rodeada de muralla. Sitges, refugio de pintores e intelectuales a principios del siglo pasado. Y más al sur, junto al Delta del Ebro, entre acantilados que esconden calas de ensueño, L'Ametlla de Mar y L'Ampolla. Playas que ostentan la bandera azul por la calidad de sus aguas y que, además de un baño relajante proponen numerosas alternativas de ocio y turismo activo.
Cataluña compagina tradición y modernidad en todos los ámbitos. En la conservación y utilización de la naturaleza, con una extensa red de caminos señalizados tanto para hacer a pie como en BTT, como en la gastronomía, donde de las fondas tradicionales hemos pasado a los 'estrellados' de la Guía Michelin. Una cocina tradicional y creativa que se sustenta en excelentes productos del mar e interior y con la docena de D.O. de vino y cava, además de las cinco dedicadas al aceite.
Pero Cataluña también es una fiesta. Cualquier fiesta mayor de un pueblo es el momento ideal para revivir tradiciones y sentir la explosión de la pólvora de los grupos de diablos. La Patum de Berga ya hace años que fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Más recientes son las declaraciones de las Fiestas del Fuego o los castells. En las primeras, en poblaciones del Pirineo por los alrededores de la fiesta de San juan, grupos de personas bajan de la montaña con grandes antorchas (falles) como forma de ahuyentar los malos espíritus. Participar en una jornada castellera es algo que te pone la piel de gallina, sobre todo cuando la enxeneta corona la cima de la torre humana de hasta nueve pisos.
A veces, fiesta y diversión nos llevan a pensar en los genios. Algunos tocados por el viento de la tramontana como Dalí, otros enamorados del paisaje de Horta de Sant Joan como Picasso, o de Mont-roig del Camp como Miró, y Pau Casals que hizo de la música un canto para la paz y la libertad. Los cuatro, entre muchos otros, tienen sus museos que los honran. Salvador Dalí, con el Teatro-Museo Dalí en Figueres, la casa-taller en Portlligat y el castillo de Púbol, todos ellos reflejo de su mundo surrealista y onírico; un palacete de la barcelonesa calle Montcada alberga el Museo Picasso; la Fundación Joan Miró se encuentra en Montjuïc, en un magnífico edificio obra de Josep Maria Sert; y la casa veraniega de San Salvador en El Vendrell, se ha convertido en el Museo Pau Casals.
Más información
El Grand Tour de Catalunya incorpora dos propuestas para recorrer el país. La Vuelta a Cataluña en 13 días y el mismo recorrido dividido en cinco tramos de varias etapas cada uno, pensado para realizar durante un mes o evidentemente, por tramos a conveniencia del viajero.
A continuación detallamos los lugares más importantes por donde discurre el itinerario: Barcelona-Montserrat-Viñas del Penedès-Sitges-monasterio de
Santes Creus-Tarragona-Delta del
Ebro-bodegas modernistas-vinos del
Priorat-monasterio de Poblet-Lleida-templos
románicos de Vall de Boí-Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant
Maurici-Val d'Aran-La Seu d'Urgell-sierra del
Cadí-Cerdanya y Puigcerdà-monasterio de Ripoll-Camprodon-hayedos y volcanes en
la Garrotxa-Figueres-Empordà y Costa
Brava-Girona-Vic-Parque Natural del
Montseny-modernismo en el Maresme-Barcelona. En negrita los principios y finales de cada etapa.
Portal: www.grandtour.catalunya.com
Guía:
Grand Tour de Catalunya, los mejores itinerarios en coche. Jordi Bastart.
Colección SUA. EN Ruta. 360 páginas. Incluye un mapa general y mapas de cada tramo del recorrido.
Texto y fotos: Jordi Bastart, excepto imágenes de: Semana Medieval de Sant Jordi (Asociación Semana medieval de Montblanc), Quema del Haro (Tourisme Val d'Aran), Carnaval de Vilanova (Ayuntamiento de Vilanova) y Pan con tomate y anchoas (ACT)