Cracovia

Una ciudad medieval adaptada al siglo XXI

Cracovia, una ciudad para pasear

Cracovia (Kraków), la que fuera capital de Polonia se mantiene fiel a su decorado de ciudad medieval. Por suerte la guerra apenas afectó a su arquitectura, probablemente porque los nazis se instalaron en la colina de Wawel que utilizaron como puesto de mando. Ciudad histórica y de bello trazado, todo el casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad y la mayor parte es zona peatonal.

Barbacana y Puerta de San Florián, entrada al casco histórico
Barbacana y Puerta de San Florián, entrada al casco histórico

Imprescindibles

* Plaza del Mercado (Główny Rynek)

* Iglesia de Santa María

* Lonja de Paños

* Iglesia de San Adalberto

* Galería del Arte Polaco

* Colina de Wawel: Catedral y Palacio Real

Barrio judío (Kazimierz)

Mina de sal de Wieliczka

Auschwitz-Birkenau

* Escuchar jazz en un pequeño local mientras tomamos una cerveza

Plaza del Mercado y Torre del Ayuntamiento
Plaza del Mercado y Torre del Ayuntamiento

La Ciudad Antigua

Cracovia se encuentra al sur del país, es la capital de la provincia de Malopolska (Pequeña Polonia) y la tercera ciudad del país en cuanto a número de habitantes -se acerca a los 800.000-. En el centro de la ciudad, Stare Misto es lo que podríamos llamar casco antiguo y es el destino más popular y transitado para descubrir la urbe. Allí se encuentra la Plaza del Mercado (Główny Rynek) de la que dicen es una de las mayores de Europa. Se levantó a mitad del siglo XIII, en el centro se encuentra la Lonja de Paños, la torre del Ayuntamiento y el monumento a Adam Mickiewicz, que actualmente se ha convertido en un popular punto de encuentro. A un lado se levanta la iglesia de Santa María. De factura gótica, la imagen de las dos torres desiguales le confiere un aspecto peculiar. Pero su verdadero tesoro se encuentra en el interior. Cada día, un poco antes de las doce se abre el retablo del Altar Mayor, una obra monumental de madera policromada de trece metros de alto fechada en el año 1477, con cerca de 200 personajes que vale la pena observar con detenimiento. 

Desde lo alto de la torre de la iglesia, cada hora suena una insólita melodía que se oye por toda la plaza. El cuerpo de bomberos es el encargado de mantener la tradición que se remonta al siglo XIV, cuando el vigía anunciaba el peligro con el toque de corneta. En un rincón de la plaza, uno de los monumentos más antiguos de la ciudad es la iglesia de San Adalberto, cuyos orígenes hay que buscarlos en el siglo X.

La plaza está rodeada de armoniosos edificios de típica factura centroeuropea cuyas construcciones se remontan a los siglos XIV y XV, y que remodelados, acogen bonitos restaurantes, tiendas, galerías y bares cuyas terrazas en verano son el lugar ideal para sentir el pulso de la ciudad. Muchas celebraciones tradicionales tienen lugar aquí y durante el mes de diciembre se instala el mercadillo navideño con un certamen de Belenes los primeros días del mes.

Al fondo de la placita de Mariaki que hay al lado de la iglesia de Santa María, se encuentra la dedicada a Santa Bárbara. Es de pequeñas dimensiones, con una sola nave finales del siglo XIV, pero con el interior redecorado en estilo barroco. Enfrente, una bella fuente obsequio del gremio los artesanos de la ciudad.

Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María

La colina de Wawel

La Vía Real cruza el casco antiguo con los nombres de calle Floriańska (san Florián) y Grodzka y era el trayecto que seguía la familia real y toda la corte para desplazarse hasta el castillo Wawel. Se inicia precisamente en la puerta de San Florián, la única que permanece en pie de las ocho que tenía la muralla que rodeaba la ciudad y frente a la cual se alza un bastión circular que se levantó en 1499 para hacer frente a la invasión turca.

A mitad del itinerario la Vía Real cruza la popular plaza del Mercado. Actualmente es la arteria más comercial de la ciudad y al ser peatonal, la más concurrida. A ambos lados, en mansiones de los siglos XVII y XVIII, restaurantes, bares, tiendas, oficinas de cambio y galerías de arte se las ingenian para atraer la atención de los turistas.

La colina del Wawel, al pie de la cual el Vístula describe un bello meandro, está situada en un extremo del casco antiguo. Franqueada la muralla que la protege veremos la catedral dedicada a San Estanislao, con una superposición de estilos arquitectónicos y numerosas tumbas reales en el interior. Junto a ella el Palacio Real, con un bello patio de inspiración italiana, preámbulo elocuente antes de visitar las salas ricamente decoradas del palacio propiamente dicho. Todo el conjunto está declarado Patrimonio de la Humanidad. 

Barrio judío (Kazimierz)

Se extiende al pie de la colina de Wawel y fue fundado en 1335 por Casimiro III el Grande como ciudad independiente. Este rey acogió a una importante comunidad judía a la que otorgó ciertos privilegios y que al principio se instaló alrededor de la plaza Szczepański, creca del Rynek. Como representaban una competencia muy fuerte para los mercaderes de la época, a finales del siglo XV fueron obligados a trasladarse al actual Kazimierz. Hasta aquí llegaron judíos de toda Europa que formaron una pujante sociedad tanto en lo cultural como en lo comercial. Esta convivencia se vio trucada de repente con el estallido de la II Guerra Mundial, cuando los nazis acabaron en este lugar con la vida de casi setenta mil judíos. Steven Spilberg recreó muchos de sus rincones en la película La lista de Schindler.

La puerta de entrada del barrio es la calle Szeroka que más que una calle parece una plaza. Alrededor de lo que fue el centro de la vida comercial de este lugar, se encuentran varias casa de época transformadas en restaurantes, hoteles, galerías y las sinagogas Remu'h y Vieja, esta última convertida en un museo dedicado al judaísmo en Cracovia.

Sinagoga Temple en el barrio judío
Sinagoga Temple en el barrio judío

ALREDEDORES

Mina de sal de Wieliczka

Situada a 10 km de Cracovia vale la pena emplear una mañana en visitar esta mina, única en el mundo y catalogada como Patrimonio de la Humanidad. Durante la Edad Media ya se empezó a explotar este yacimiento de sal y a lo largo de los más de 750 años de explotación a escala industrial se excavaron más de 200 km de galerías bajo tierra con unas dos mil cámaras. Actualmente, de todo este complejo mundo subterráneo hay acondicionados tres kilómetros y veinte salas para las visitas. Lo que veremos una vez hayamos descendido los 378 escalones de madera, es un mundo de esculturas de sal que se reparten en distintas salas, para desembocar finalmente en la capilla de Santa Kinga, que nos dejará boquiabiertos, tanto por su magnitud como por la profusión de bajorrelieves. La vuelta a la superficie se realiza en ascensores idénticos a los que utilizaban los mineros, aunque mucho más rápidos.

Se puede llegar a Wieliczka o bien utilizando el servicio de microbuses que salen de las inmediaciones de la estación de tren, tomando el autobús 304 que tiene el inicio en la calle Kurniki, cerca de la plaza Matejki, frente a las Galerías Krakowska. www.wieliczka-saltmine.com

Abadía de Tyniec

Se encuentra a 12 km al suroeste de Cracovia, encaramada en un promontorio rocoso que domina el curso del río Vístula con fantásticas vistas. Fue fundada a mediados del siglo XI por los benedictinos. Su origen es románico aunque ha sido reconstruida varias veces, por lo que actualmente podemos ver un santuario barroco con elementos góticos del que tan solo se visita la iglesia. Se puede llegar con el autobús 112 desde la plaza Rynek Dębnicki (en el barrio de Dębnicki que hay frente a Wawel, al otro lado del Vístula) o, de abril a septiembre, en un bonito paseo en los barcos que salen al pie de Wawel. www.tyniec.benedyktyni.pl

Abadía de Tyniec
Abadía de Tyniec

Auschwitz-Birkenau

El pueblo de Oświęcim a unos 50 km de Cracovia y con más de 800 años de antigüedad, pasó a la historia por haber albergado el mayor campo de exterminio nazi, junto con Birkenau. Durante su funcionamiento, entre 1940 y 1945, fueron asesinados más de un millón de personas, principalmente de origen judío, polacos, gitanos y rusos, entre otros. 

En el antiguo campo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, aún se puede ver la enorme inscripción en la entrada "Arbeit macht frei" (el trabajo hace libre), el paredón de la muerte, los barracones, las ruinas de la cámara de gas y de los crematorios, así como un ramal de la línea de ferrocarril.

Para visitarlo o se puede contratar un tour, tomar el autobús que parte de la estación central de Cracovia o en tren hasta Oświęcim para allí tomar un taxi o el bus local. www.auschwitz.org.pl

Guía práctica

Cómo llegar. El aeropuerto principal Juan Pablo II está situado a 11 km de la ciudad y se puede llegar hasta ella en tren (20 min) o en autobús con las líneas 292, 208 y la nocturna 902 (45 min).www.krakowairport.pl.

Ryanair es la única compañía que opera todo el año en vuelo directo desde España a Cracovia www.ryanair.com y Vueling lo hace en primavera y verano www.vueling.com. La compañía polaca Lot vuela hasta Cracovia con escala en el aeropuerto de Varsovia www.lot.com. Desde Barcelona, la compañía Wizz Air vuela hasta el aeropuerto de Katowice situado a 80 km de Cracovia.

Cómo moverse. El centro histórico de Cracovia es relativamente pequeño y puede recorrerse a pie. Además existen varias líneas de tranvías y autobuses que permiten viajar por el centro y la periferia.

Tarjeta turística. Con la KrakowCard por dos o tres días tenemos el acceso gratuito a los transportes públicos, museos y descuentos en restaurantes, hoteles, etc. También existe por tres días sólo para los museos, sin transporte. https://www.krakow.travel/es/artykul/155/tarjeta-turstica-de-cracovia

Moneda. Polonia está en la UE pero no dentro de la zona euro. La moneda oficial es el złoty (zł). Un euro equivale aproximadamente a 4,24 zł, por lo que, en comparación con nuestro país, los precios son muy asequibles. Para cambiar, lo mejor es hacerlo en las numerosas oficinas de cambio (kantor) que hay por la calle y compiten por ofrecer el mejor cambio. En los bancos resulta menos ventajoso por las comisiones.

Las iglesias de Cracovia. En Cracovia hay más de un centenar de iglesias; lo que fueron templos románicos y góticos con el paso de los años se adaptaron a los nuevos estilos, a la vez que se levantaban más iglesias barrocas y renacentistas. Esta amalgama arquitectónico-religiosa esconde bellos tesoros y constituye un patrimonio de gran valor para el visitante. La ciudad también es sede de más de veinte monasterios de ordenes masculinas y más de diez femeninas. Benedictinos, cistercienses, franciscanos, dominicos, clarisas..., todos tuvieron y tienen aún su función en la sociedad cracoviana. No es de extrañar que entre tanta vocación religiosa la ciudad diera un Papa, Juan Pablo II - Karol Wojtyla nació en 1920 en Wadowice, cerca de Cracovia-. Y es que, en las épocas más oscuras del comunismo, la iglesia de Cracovia encarnó no solamente la lucha por la fe sino también por las libertades políticas, siendo por ello muchos sacerdotes encarcelados.

Ciudad de festivales. Cracovia es una ciudad animada con festivales durante todo el año. Los más significativos son los que tienen lugar el Lunes de Pascua (Feria de Emaús) www.parafiasalwator.pl; el Gran Desfile del Dragón de Wawel en junio, fruto de la leyenda del dragón que vivía en esta colina www.paradasmokow.pl.; el Cortejo del Lajkonik el martes siguiente al Corpus Christi que rememora el levantamiento de la población contra la invasión tártara en el año 1286 www.parafiasalwator.pl.

Jazz en la ciudad. Cracovia se puede considerar una ciudad abierta a este tipo de música con muchos locales donde disfrutarla. Durante el otoño se celebra un prestigioso Festival de Jazz. https://karnet.krakow.pl/en/ https://en.alchemia.com.pl/

Gastronomía. Cracovia tiene fama de tener los mejores restaurantes de Polonia; en el casco antiguo muchos de ellos están situados en cavas subterráneas debido al origen medieval de la mayoría de los edificios. Una opción asequible son las tabernas kawiarnia, donde se ofrecen los platos más típicos. Los establecimientos bautizados como Bar son los más baratos para comer; un menú puede costar unos 25 źł. De Cracovia son típicas la maczanka a la cracoviana -unas chuletas de cerdo con salsa y panecillos-, el pato estofado con alforfón de Cracovia, el buñuelo polaco, los embutidos como la salchicha seca o la ahumada al enebro y el pastel de semilla de amapola.

Museos. De los diversos museos que invitan en Cracovia a sumergirse en el mundo del arte, la Galería del Arte Polaco en la galería superior de la Lonja de Paños, es de los más interesantes.

Una recomendación. La colección de guías de turismo responsable de la editorial Alhena Media, ofrece en una sola guía Cracovia y Varsovia con los lugares de interés, hoteles, restaurantes, tiendas donde comprar los mejores productos y muchos consejos e información de interés.

Más información: https://www.krakow.travel/es/ www.turismopolonia.com. https://webviajes.com/wroclaw-buscando-el-gnomo/

Texto: Jordi Bastart. Fotos: Jordi Bastart y Turismo de Polonia