Nantes
Ciudad de arte e historia
Arte, historia y técnica
Nantes es una ciudad emparejada con el arte y la técnica. Además del gran patrimonio monumental que posee, la incorporación de proyectos artísticos a través de diversos años, han hecho que en la ciudad y periferia vayan floreciendo ideas ligadas a artistas internacionales, todas a pie de calle y muy bien documentadas. En cuanto a la técnica, en la Isla de Nantes que los dos brazos del Loira rodea, Les Machines de l'île es un espacio de creación único en Europa. De allí salen todo tipo de animales articulados a gran escala que se mueven para admiración del público.
Una línea verde marcada en el suelo permite recorrer, a lo largo de 25 km, los lugares más interesantes de la ciudad, donde no faltarán ni la Place Royale con su fuente que simboliza los cuatro ríos de la urbe, ni la Place Graslin donde se encuentra la Ópera y el restaurante La Cigale, más modernista que gastronómico, que vale la pena visitar.
En un recorrido patrimonial no hay que perderse el Passage Pommeraye, inaugurado en 1843 a imitación de los pasajes comerciales de las grandes ciudades europeas. Se trata de una galería cubierta de tres plantas donde se aprecia el lujo de la época. El barrio medieval de Bouffay es un intrincado núcleo de callejuelas donde subsisten algunas casas de colombage, aquellas que mantienen vigas de madera entrecruzadas en la fachada y se adornan con vivos colores. Es un barrio lleno de vida, de comercios durante el día y de bares y restaurantes de inusitado ambiente por la noche. La perla de este barrio es la catedral dedicada a san Pedro y san Pablo, un edificio gótico que tardó más de 400 años en concluirse y que ha renacido después de un gran incendio.
Pasearse por el Jardin des Plantes cerca de la estación del tren, es como tomar un respiro después de tanta cultura. En este oasis de verdor no falta la simpatía a través de simpáticos personajes nacidos del grafista Jean Jullien. Junto a este parque se encuentra el Museo de las Artes, un edificio renovado donde se exponen colecciones de los siglos XIII al XIX. Pero en Francia los proyectos no dejan de sorprenderte y si el interior de la estación de trenes es como un bosque, muy próximo a ella, Lieu Unique dejó atrás su pasado como fábrica de galletas para convertirse en un espacio alternativo de exploración cultural y artística que se prolonga hasta en los servicios. Junto a este, el Bassin Saint-Felix vuelve a ser un lugar relajante creado a partir del Loira, donde los barcos sirven de vivienda y los árboles como zona de paseo.
Pero Nantes también está ligada a la historia y esto queda reflejado en el castillo de los Duques de Bretaña, una fortaleza con ocho siglos de historia. Fue construido a finales del siglo XV por Francisco II, el último duque de Bretaña. Posteriormente fue la residencia de su hija, Ana de Bretaña, cuya estatua en bronce se puede ver frente a la entrada. Personaje de vida breve y abrumadora, se casó dos veces siempre con la intención de mantener la independencia de Bretaña ante los acosos del rey francés. En sus 36 años de vida, fue dos veces reina consorte de Francia, se casó tres veces, tuvo catorce embarazos de los que solo nacieron la mitad y de los cuales solo dos niñas sobrevivieron a la infancia.
Detrás del foso y las murallas del castillo se esconde un elegante palacete con un extenso patio desde donde admirar la fachada con sus trabajados ventanales. El edificio alberga un museo donde, a lo largo de 32 salas se puede seguir la historia de la ciudad desde sus orígenes hasta la actualidad, a través de los grandes eventos que ha vivido. Desde la explanada que se abre a poniente, el Espejo de Agua ofrece reflejos y perspectivas que la cámara fotográfica agradece.
También ligado a una historia de la que todos nos tendríamos que avergonzar, a lo largo del muelle Quai de la Fosse, el Memorial de la abolición de la esclavitud de 400 metros de longitud, intenta hacer justicia a una oscura realidad. Más de 27.000 expediciones salieron de los puertos europeos entre los siglos XV y XIX, transportando unos 12,5 millones de personas de África convertidas en esclavos. Del puerto de Nantes partieron más de 1.800 expediciones negreras. Un recorrido marítimo que transportaba materias hacia el continente africano; allí cargaba personas hacia América y una vez descargados y vendidos como esclavos, regresaba a los puertos europeos con productos del Nuevo Mundo. De todo este tráfico se beneficiaron las clases más poderosas, cuyos imponentes edificios del barrio Feydeau son un buen reflejo. Durante el recorrido del Memorial y sobre un gran cristal traslúcido, están escritos la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la palabra Libertad traducida a 47 lenguas.
Isla de Nantes
Rodeado por los dos brazos del Loira se podría calificar como el barrio de la modernidad. Allí se encuentran Les Machines de l'île pero también numerosos proyectos de edificios de oficinas y escuelas, algunos de atrevido diseño, otros de reconversión de antiguas industrias. Una vuelta por sus calles nos permitirá ver numerosas obras de arte como Mètre à ruban de Lilian Bourgeat o In a Silent Way de Nathalie Talec.
Unos antiguos hangares donde se construían grandes barcos se han convertido en el centro de creación de Les Machines de l'île. El Gran Elefante se pasea por la plaza articulado exhibiendo sus poderes, mientras que en el Carrusel de los Mundos Marinos el espectador descubre extrañas e inquietantes criaturas en un gigantesco tiovivo. Si visitamos la Galería de las Máquinas entraremos en el corazón de este centro creador. Una araña gigante o una garza de ocho metros de envergadura nos darán la bienvenida, además de un oso perezoso, un camaleón, un gusano gigante, todos ellos articulados, en una colección que cada año va creciendo. Y llegados a la hora de comer, La Cantine du Voyage es de visita obligada. Inspirada en los grandes invernaderos agrícolas sirven menús a muy buen precio, mientras hay áreas de diversión para todos los gustos. Y desde este punto tenemos la foto perfecta de la ciudad a través de los Anillos que se distribuyen por el Quai des Antilles, aunque por la noche, iluminados, ofrecen un mayor efecto. No olvidemos que, desde el extremo del muelle, donde se encuentra la gran grúa, sale el Navibus hacia Chantenay. Antes pero, una última recomendación, On va marcher sur la Lune puedes experimentar con la gravedad desde los cráteres elásticos de este planeta.
Barrio Chantenay
Desde la Isla de Nantes, tomando el Navibus -gratuito con el Pass Nantes- atravesaremos el Loira y en un momento nos plantaremos en Chantenay. Este barrio obrero donde residían los trabajadores de los astilleros está sufriendo una profunda transformación. Hangares convertidos en restaurantes y salas de arte, casas residenciales, el museo dedicado a Julio Verne (nació en Nantes) en la colina de Santa Ana y el Jardín Extraordinario ocupando una antigua cantera. Con cascadas incluidas, es accesible desde el plano inferior pero también desde un paseo superior al que se asoman diversos miradores. Uno de ellos es el Belvédere de l'Hermitage, una pasarela con un tramo suspendido sobre el suelo. Todo ello, una verdadera delicia.
Estuario del Loira. Nantes-Saint Nazaire
Entre Nantes y Saint Nazaire siguiendo el curso del Loira, tenemos unos 65 km. Parece un recorrido corto bordeando campos de labor y pequeños pueblecitos, pero largo si queremos visitar las numerosas obras de arte que se encuentran escondidas en cada rincón. Podemos ir por cualquiera de las dos orillas y hasta cruzar de una a otra con un ferry que une Couëron con Le Pellerin. Curiosos de ver la Serpentine Rouge, un extraño animal que parece salir del río, La Maison dans la Loire, una casa que emerge en medio del Loira, Villa Cheminé, la pequeña casa que se alquila construida encima de un faro o Misconceivable, un velero azul que parece doblarse sobre los muelles del canal de la Martinière. Y al final del recorrido, cuando nos acercamos a Saint-Nazaire, la gran Serpent d'Oceàn nos espera para mostrarnos su esqueleto medio sumergido. Es un viaje alucinante lleno de sorpresas.
A Saint-Nazaire se llega a través de un puente de más de tres quilómetros -el más largo de Francia- que supera el cauce del Loira. Es una localidad que se asoma al Atlántico y que presenta tres caras. La industrial, con atarazanas que desde 1862 no dejan de trabajar, actualmente en la construcción de cruceros; la cultural con diversos museos y pinturas murales; y la turística con playas muy bien acondicionadas y numerosos restaurantes en la Place du Commando y a lo largo del paseo marítimo.
Dos cosas llaman poderosamente la atención y que no veremos en otros lugares de Francia; las Pesquerías y un base de submarinos reconvertida en espacios culturales. Las Pesquerías son casetas elevadas sobre el mar que se extienden a lo largo del paseo marítimo desde el que se accede hasta ellas. Se trata de un antiguo y curioso sistema de pesca que consiste en sumergir una red con cebo durante la marea alta y elevarla rápidamente con el pescado que se encuentre sobre ella. Durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes construyeron una importante base de submarinos. Esta especie de búnquer monumental tal cual quedó, se ha dividido en diversos espacios para de uso lúdico. El más importante es Escal'Atlantic, la gran aventura de los trasatlánticos legendarios. Pasearemos por las distintas dependencias de estos grandes barcos repletos de lujo; podremos recalar en sus travesías, ver el panorama marítimo desde la borda y hasta tomar un cóctel en su bar. Realmente sorprendente durante la hora y media a dos horas que pude durar nuestra visita.
Saint-Nazaire, playas, arte, industria, pesquerías y buena gastronomía
Como llegar
En avión, Vueling enlaza Nantes con diversas ciudades españolas como Barcelona, Málaga y Sevilla. www.vueling.com
En tren desde París, en dos horas con el TGV.
En coche diversas autopistas confluyen en Nantes. La A83 si venimos desde el sur y la A11 y A85 si lo hacemos por el este.
Como moverse
A pie en Nantes hay una línea verde que, a lo largo de 25 km recorre los lugares más interesantes de la ciudad. Los barrios céntricos de Bouffay (medieval), Graslin (elegante y comercial) y Feydeau (siglo XVIII), son fácilmente accesibles a pie.
Para recorrer la ciudad también se pueden alquilar bicicletas ya que hay numerosos carriles bici.
Hay tres líneas de tranvía y un número indeterminado de autobuses. Tenemos el autobús turístico en verano y un trenecito que recorre la ciudad con el mismo fin.
También disponemos de cruceros turísticos por el Loira y de mayo a octubre uno que lo recorre hasta Saint-Nazaire y permite observar las principales obras de arte que hay en el estuario.
El Pass Nantes para 24, 48, 72 horas o 7 días te permite acceder a los principales museos y utilizar los transportes públicos incluido el Navibus (bus marítimo).
Arte
Nantes es una ciudad ligada al arte. Hasta los rótulos de muchas tiendas tienen interpretaciones artísticas en forma de figuras que ilustran el tipo de comercio. Desde primeros de julio a mediados de septiembre, Le Voyage à Nantes propone cada año obras de arte integradas en el espacio público, exposiciones y numerosos eventos.
Gastronomía
Nantes
es prodiga en establecimientos emblemáticos dedicados a elaborar pasteles
típicos. Quedaros con los nombres de
George Gautier y la Maison Larnicol en
la entrada del Passage Pommeraye. En Saint-Nazaire la gastronomía se centra en productos del mar.
Más información
Voyage à Nantes www.levoyageanantes.fr/es/
Estuario de Nantes a Saint-Nazaire www.estuaire.info/fr/recorrido-artistico-estuaire-nantes-saint-nazaire-francia/
Saint-Nazaire www.saint-nazaire-tourisme.es
Escal'Atlantic www.saint-nazaire-tourisme.es/las-visitas/los-lugares-de-visita/escalatlantic/
Texto: Mª Àngels Castillo y Jordi Bastart. Fotos: Jordi Bastart